Entendiendo el lugar de intervención y el contexto que lo rodea optamos por redefinir el sitio a partir de la idea de CREAR UN ESPACIO. Esta idea conserva el espíritu del lugar, albergar la actividad comunitaria, posibilitando que la gente siga disfrutando del sitio sin que la presencia de la escultura lo impida.

La Escultura es entonces un Lugar, un Lugar que crea un interior ofreciendo espacios de oportunidad para la comunidad, espacios de juego, espacios de permanencia, espacios de actividad cultural y sobre todo un espacio icónico dentro del Parque Longitudinal y de esta parte de ciudad.

Este tipo de desarrollo escultórico y arquitectónico permite establecer una relación más cercana con la comunidad al hacer de la escultura un ámbito vivencial dentro de un complejo paisajístico como lo es el Parque Longitudinal. Esta escultura aparece como un nuevo espacio, un espacio que incita a la permanencia y a la experiencia en aras de generar un sentido de pertenencia por parte de la comunidad y de la ciudad.

Con la intención de crear vínculos con la comunidad, la forma planteada para la Escultura parte de identificar en el lugar elementos urbanos que ya tienen presencia en la memoria colectiva. Estos elementos tienen cabida en la propuesta y apoyan el desarrollo de la misma a manera de reciclaje urbano permitiendo a la comunidad generar un sentido de pertenencia automático al encontrar que su espacio tradicional es parte de un nuevo desarrollo.